miércoles, 24 de febrero de 2021

Elogio del verso.

ELOGIO DEL VERSO

   “Y daría igual que fuéramos eternos”

   Parece falaz o incluso infantil pretender que un verso( como este del poema “Una vida mejor” de Guadalupe Grande) o varios influyan de tal manera en la vida de una persona que esta llegue a cambiar sus esquemas de vida por una frase; pero como todo en el universo humano puede ser factible, desde lo más excelso hasta lo más execrable; un verso puede también convertirse en la llave que guíe nuestra vida hacia otros derroteros.

   La Poesía , ese arte minoritario y pobre: pobre porque no se mueve en los márgenes crematísticos en los cuales bailan otras artes, minoritario (que no elitista aunque lo parezca) porque muchos poetas no llegan a la gran masa, a no ser que a algún cantante de moda se fije en ellos y ponga música a sus poemas;  desvestida hace ya mucho tiempo de los corsés que la constreñían en su forma y por tanto muchas veces en su fondo (léase rima y métrica) se ha convertido en el triunfo de la palabra.

   Sabemos que artesanos de ella hay muchos, basta con utilizar un vocabulario variado, contar sílabas, acentuar, dotar de ritmo y ser correcto gramaticalmente; en definitiva, saber escribir bien, incluso utilizar algunas técnicas que enseñan en los talleres de escritura para poder escribir un  poema. Todos podemos hacerlo… pero…genios de la palabra ¡hay tan pocos!

   Aquellos que además de maestría saben llegar a lo más hondo del ser humano, ” tocar la fibra” de las emociones, hacer llorar, sentir, amar, soñar… dejar al lector o al que escucha recitar un poema, sumido en sus propias cavilaciones acertando de lleno en la diana de nuestro ser, ése, ése es el Poeta con mayúsculas.

   Cuando Miguel Hernández escribe: “Y yo que creí que la luz era mía…”

Nos está hablando de la fragilidad del ser humano que se ha creído en algún momento de su vida omnipotente. Miguel está encarcelado y al borde de su final, reflexiona sobre su vida llena de luz y de sombras. Esa fragilidad del ocaso nos llega y hace que pensemos sobre nuestra propia debilidad. Somos mortales, pasajeros…

   Octavio Paz en su  poema Ladera Este dice:

“La casa está habitada por una mujer rubia / la mujer está habitada por el viento” qué soledad no nos trasmite, qué bruma no nos envuelve… La levedad del tiempo, el silencio…

    “Y soy una mujer. Apenas algo / carne desnuda, sola , desarmada” . Muchas mujeres se sentirán identificadas con este poema de Ángela Figuera Aymerich, qué sentimiento femenino tan universal y qué poeta tan desconocida.

     El laureado Pablo Neruda en su poemario “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”. En el primer verso de su poema número veinte , el más conocido de todo el libro se lamenta:

    “Puedo escribir los versos más tristes esta noche…” ¡Y quién no se ha sumido en la tristeza una noche junto a la ventana contemplando el oscurecido cielo!…¿,Cómo puede un poeta unir palabras tan sencillas y crear un universo tan grande?

   Ahí reside la grandeza de un poema, en ese verso que nos ancla a su lectura, o que resuena en nuestros oídos una y otra vez porque el poeta, ese ser que puede ser incluso un desalmado, ha sabido expresar lo que llevamos dentro y no nos atrevemos a decir, el mundo interno del ser humano dibujado por veinticuatro caracteres.( si el poema está escrito en castellano)

   Cada lector, cada amante de la poesía, tendrá sus propios versos, los que recuerda de un poema que leyó, que escuchó en un recital, que le susurraron en el oído. Al principio se ha hablado de los músicos que cogen la letra de un poema  y lo hace universalmente conocido; muchos, primero han escuchado esas canciones y luego se han dado cuenta que eran versos de Machado, Hernández, Benedetti…

    Eso me recuerda a una actuación en un teatro; en el escenario un hombre declamando un texto que parecía un monólogo y resultó ser un poema de Luis Alberto de Cuenca titulado “La Malcasada”  del que solo recuerdo estos versos: “Me dices que Juan Luis no te comprende…./ ¿Qué quieres que haga yo? ¿Que mate a alguien?/ ¿Que dé un golpe de estado libertario?”.  A partir de ahí, a veces cuando algo me resulta imposible yo misma me digo “¿Qué quieres que haga yo? / ¿Que de un golpe de estado libertario?”

    Buscando mi propio verso, aquel que como una tormenta arrasó mi yo interno cuando lo leí primera vez  porque el mundo que me ofrecía ya me era conocido encontré : “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”. No necesita más; el resto del poema de Cesare Pavese, no me es indiferente pero a pesar de leerlo muchas veces solo este verso martillea mi interior.

   Existen tantos y tantos versos que nos envuelven, nos transportan, nos reconocen… “Se me va de los dedos la caricia sin causa“ de Alfonsina Storni,

“El Poeta…es semejante al príncipe de las nubes…/ sus alas de gigante le impiden caminar”, del poema El Albatros de Charles Baudelaire.  La atormentada Silvia Plath en su poema Espejo escribe: “Su rostro con la noche sustituye las mañanas/ Me ahogó niña y vieja”. El gran Francisco de Quevedo termina uno de sus sonetos más famosos con una frase desoladora: “Y no hallé donde poner los ojos/ que no fuese recuerdo de la muerte”. Antonio Colinas relaja el espíritu diciendo: “En la noche de los páramos negros estoy solo y profundamente en paz”. Y Walt Whitman, el poeta optimista, vital, enaltecedor de la naturaleza y la alegría del ser humano, nos aconseja en el último verso de su poema “No te detengas”: “No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas”.

   Emplazo a los que lean estas líneas que busquen el suyo entre las miles de poesías que han leído a lo largo de su vida , y si no han leído nunca poesía, que lo intenten, a lo mejor descubren un placer oculto el encontrar en las palabras de otros, aquello que nosotros mismos no sabemos, queremos o somos incapaces de definir.

    Y cómo no terminar este texto de la misma manera que lo empecé, con otro verso , esta vez de nuevo del poeta norteamericano Walt Whitman:

     “¡Oh, capitán! ¡Mi capitán! nuestro temeroso viaje está hecho"

Carmen GG



Blanca Andreu, pura poesía.

BLANCA ANDREU,  PURA POESÍA, por CARMEN GG

 “Hace ya mucho tiempo/naufragaron los hombres”

   Blanca Andreu nace mediterránea y atlántica al mismo tiempo. Abre sus ojos en  La Coruña en 1959, pero pasa su infancia y adolescencia en Orihuela (Murcia); de ahí , de esta doble corriente acuática, surge su amor por el mar; le conmueve su visión, la belleza de estos dos mares tan distintos, incluso dice que en un viaje a las islas Cíes, en un día soleado y azul, cree reconocer las costas de Grecia en las ondulaciones del litoral gallego.

  “Navego/ sobre trigo celeste/entre piedras azules sobre campos marinos”                                                                          

   Blanca inicia sus estudios de  Filología en Murcia y se traslada a Madrid , en esta ciudad esteparia  entabla amistad con Francisco Umbral que le introduce en los círculos literarios madrileños; es aquí donde conoce al que será su marido , el escritor Juan Benet y donde deja sus estudios.

   En 1980 con sólo veinte años  gana el premio Adonáis de poesía con un poemario de sugerente título: “De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall” que lejos de ser un reconocimiento y una alegría para ella- recogiendo el segundo verso de la estrofa que abre este artículo- Blanca más que triunfar, naufraga entre los hombres, lo ha dicho muchas veces : “Ganar el premio Adonáis me hizo mucho daño”.

    Poemario de lenguaje surrealista y  considerado como el punto de partida de la llamada generación postnovísima , este premio le valió  la inmersión en un mundo literario poco generoso con los recién llegados, quizás porque sorprendió su juventud y su maestría, llegaron a decir que era “una novicia de la poesía”, incluso que su poesía era una mera sucesión de metáforas vacías, una suma de imágenes sin explicación, la propia Blanca afirma que la vetaron directamente .

   “Cinco poemas para la marcha en el paisaje de sábana de hielo

   un páramo es encaje antepasado

   iniciales bordadas hace ya tres mil días

   y alguna mancha de amor”

                             Cinco poemas para abdicar . “De una niña de provincias         

                           que se vino a vivir en un Chagall”

   La herida ya estaba abierta para ella; sin embargo, demostró que aunque no se iba a convertir en una poeta prolífica, había llegado para quedarse.

    En 1982 gana el premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo con su poemario “Báculo de Babel” (Ed. Hiperión). Este mismo año le conceden el premio Ícaro de poesía.

   “Sangro de veras sangro luz que se escapa y es en mí donde las

     cabalgaduras se reúnen para arrancar con orlados  cascos ancas

     de piedra atenazada la asesina vegetación del tomillo  y las llamas

     de mayo”                                                         “Báculo de Babel

   Versos como trazos surrealistas que no hace falta entender, ni desmenuzar, sólo sentir.

   Después vendrían  “Libro de las Bestias. Primer fisiólogo”(Ed. El Crotalón) en 1984 y “Capitán Elphistone” (Ed. Visor) en 1988.

   Blanca sigue escribiendo desde el dolor y para el dolor, con un lenguaje denso, barroco, con imágenes difíciles:

   “Animal de la perfección, tu último rostro me niega

   tu caligrafía amarga en el hondo lugar de mayo

   tu salvación de espada que se desploma, de sangre pálida,

   tu absoluto sin ángeles ni mares libres.

                           “Libro de las bestias. Primer fisiólogo

   La poeta se ha casado en 1985 con Juan Benet, con el que compartirá su vida hasta que él fallece en 1993. El escritor poco amante de la poesía según ella misma, la aconseja, la guía, la ayuda en su caminar literario.

   Hasta 1994 no vuelve a publicar y será con una recopilación de sus poemas de toda la década de los ochenta “El sueño oscuro” ( Ed. Hiperión),este poemario hace honor a su título y a su manera de trabajar y sentir la lírica, siempre tormentosa y desgarrada.

   “Amor mío, amor mío, tú sin día para ti,

   enjambrado entre espejos y entre cosas malas,

   muerta la palabra trascendental

   y las ya antiguas anémonas de égloga,

   muerta esta versión, que  ahora oscuro y declino”

                                                         “El sueño oscuro

   Fallecido su marido Blanca vuelve a La Coruña, donde vive desde entonces. En sus entrevistas confiesa que se ha encontrado perdida muchas veces y que gracias a amigos como el padre Vicente Ferrer vuelve a la vida.

   Esa vida que nos va cambiando según pasa el tiempo y que Blanca refleja en una escritura menos amarga, más clara, menos herida. Empieza a huir del dolor que dice que encumbran los adolescentes y los jóvenes poetas pero que en realidad no es lírico, sino cruel y del que se debe huir a toda costa para no seguir naufragando. En “La tierra transparente” (Ed. Sial 2001), premio Internacional de Poesía Laureá Melá, vuelve al mar, al origen:

    “Vi un sembrado celeste/ hecho de cristal vivo/ parecía una pradera de zafiros/ de tréboles azules y violetas”

                                                                “La tierra trasparente”       

   Hablando de mar, su último poemario “Los archivos griegos” (Fundación José Manuel Lara 2010)  es el resultado de un viaje y una larga estancia en Atenas y la isla de Paros. Blanca amante de Grecia desde su niñez se encuentra que forma parte del paisaje heleno, en su poemario la naturaleza se hace presente incluso en sus recuerdos y homenajes a sus seres queridos: Vicente Ferrer y Juan Benet, a este último lo ve personificado en un ciprés de la Acrópolis.

   “Verás, ciprés, hermano/ de los lirios/ me recuerdas a un hombre/ que amé y murió/ y que era como tú alto y oscuro..”

                                                                  “Los archivos griegos”

   La poeta confiesa que cada vez que ve un libro, ve un árbol, quizás hay demasiados libros publicados, ella que no se prodiga demasiado, pero que ha dejado plasmado en este poemario  lo mejor de su obra, producto de su madurez ; poemas  que se escapan de las convenciones y de las etiquetas, poemas hermosos y libres, como ella.

   “Gacela blanca/  vuelas/ sobre el arco de la ola/ como un inacabable  lirio blanco /o una rosa / de sal/ interminable.”

                                                                     Carmen GG

 

martes, 23 de febrero de 2021

Poemas de Dori Rosado, basados en dibujos de Alberto Vicente (alvicmon)

Nueva serie de dibujos de Alberto Vicente alvicmon, con los que la poeta y fotógrafa Dori Rosado ha escrito y locutado unos cortos y bellos poemas.

Esperamos que os gusten.

Gracias

La bioquímica del cactus



Bulldog



Casa de campo




Enigma




Laberinto de ciudad




Subterráneo




Ulises y su gemelo





miércoles, 10 de febrero de 2021

Día Mundial de la Poesía 2021


Virtual, de nuevo.  
Avisaremos cuando se publique el video que hagamos.
Todo estará en Torrejoncultural.es 
Gracias. 

lunes, 8 de febrero de 2021

Incertidumbre.

Incertidumbre

Sobre el mármol de la noche,
adheridos al viento del jardín,
quedan recuerdos en  la piel
de la memoria que se escribe.

Un garabato añeja palabras
decadentes en el tiempo.
En este dolor hay quejidos
del poema que escribo.

Siento desde otro prisma;
que se ciñe mi tiempo usado,
socavando en estos renglones
la voz de la esperanza.

 
Debajo de deshabitadas piedras:
encuentro vetustos pasos de arena.
En días grises, mascullo silencios de palabras que se ocultan.

¡¡Ay!! El dolor me aprieta el alma.
Solo queda en las sombras
mi mirada desmadejada,
en estos días de incertidumbre.

Patro Salcedo