Accésit:
poema “Tal vez”:
Autora
: Silvia Asensio García
Hoy he visto el escombro de las horas,
un destello, una brizna de luz,
la farola que ruge solitaria
bajo la piel suicida del asfalto.
En la taberna donde se derrama
ya la tarde, hay pisadas tan sedientas,
que un desorden de sombras se insinúa
bajo la brevedad del adoquín.
El suave traqueteo de los párpados
-mortaja de una ciudad afligida-
es esa madreselva interminable
que cada día libra una batalla.
En la arteria del último latido
un infierno de voces caprichosas
-cenizas que caminan sin mirarse-
acallan los fracasos de la noche.
Nos estrangula un halo nebuloso,
el esqueleto humilde del océano,
-la acuarela de un gran amanecer-
que va tejiendo en sus labios crisálidas.
Hay un mástil que grita tu apellido
como si un renegado de la fe
hurgara en los vagones del recuerdo
o en las teclas oscuras de la espera.
Tal vez el temporal arrecie pronto,
tal vez el tiempo guarde su minuto
de cordura y permita qué de nuevo
amanezca en la tumba del mendigo.
Accésit:
poema sin título.
Autora:
Vanessa Jiménez Díaz
Pálida vaina apenas
hendida con pincel
de artista arrobado,
despereza esa sierpe
que anida en
tus senos de virgen.
Vislumbra la tímida luz
trazadora de caminos
entre el fértil cóncavo
y la sed del ardor.
Crea constelaciones
que se adentren
en pupilas ajenas.
Llena un espacio
sumergido en la fluidez
de la inconmesurable vacuidad.
Primer
premio:
Poema
“Anciano de ojos tristes”.
Autor:
Antonio Portillo Casado.
Estallan los colores.
margaritas, crisantemos, claveles abrazados
a un rincón de la iglesia. Aromas frescos,
aún el alborozo de la tarde.
-Una limosna señor.
El ramito de flores lo pone todos los meses
un anciano de ojos tristes. Le llora el corazón.
siempre me ayuda. Las trae por su mujer
y su niña. La madre fue con Dios,
a su hija la mató un diablo. Gracias por su moneda.
Caen unas gotas y un por qué. La farola parpadea.
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