¡OS ESPERAMOS!
jueves, 13 de junio de 2019
domingo, 2 de junio de 2019
El poeta Fernando Calvo García ha fallecido
El poeta Fernando Calvo García
ha fallecido.
Su poesía seguirá viva
para siempre.
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Esta es una página de homenaje de sus compañeros y compañeras de la Tertulia Poética Desván, que él fundó.
A Fernando Calvo
Sacado de la felicitación de las Navidades
2018
que hice para todos los compañeros
tertulianos.
Maestro, sigue soñando
porque sólo cuando sueñas
la vida te va encauzando
y con acierto te enseña
la verdad que estás buscando.
Manuel, 16 de diciembre de 2018.
Maestro
Lobo de las mil estrofas,
crisóstomo de la palabra,
adalid del pensamiento,
cirujano de la imagen,
Subversivo, insurrecto,
que proyectas por tu boca,
tus ideas y principios.
Exquisito, fiel, seguro,
tímido, brusco, sencillo,
fundamental, complicado.
caleidoscopio de letras,
afilado y descriptivo.
Te vistes con tus poemas,
Libre de tu lado duro,
y te muestras delicado,
afable en estado puro.
Maestro, en fin, te saludo,
me descubro con respeto,
para mostrarte el orgullo
de compartir a tu lado,
lo trivial y lo profundo.
Para
Fernando Calvo en el día de su despedida de nuestra Tertulia Poética, con todo
mi afecto.
Manuel Rodríguez
11 de diciembre de 2016
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Esto era todo, Fernando:
Cerrar los ojos,
apretar los labios,
mover las manos,
alzar las cejas,
toser,
postrado en la cama
con el torso desnudo,
abrir ahora la boca
para comulgar aire,
dejar el dedo inane
para que un pinchazo
estimara el nivel
de azúcar...
y esperar,
esperar sin esperanza
para morir en la soledad
de siempre,
con el silencio
definitivo.
Y a los pies de tu cama,
qué puedo hacer yo,
sino mirar impotente
como se te va la vida,
como vas dejando
en mi pecho,
la angustia
de mi propia soledad,
inútil,
para siempre.
Alberto Vicente
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MAESTRO ETERNO
Apenas tuve tiempo de tratarte.
No hiciste nunca observación alguna
sobre la mediocridad de mis versos,
por más que te miraba al declamarlos.
Me incorporé muy tarde a tu tertulia
y tú te fuiste demasiado pronto.
Primero, por motivos personales
que no llegué a entender, pues ya eran
viejos;
y luego… porque te llegó la muerte
de forma inesperada y fulminante.
Como Maestro no te he conocido
--profesión que llevabas por bandera--.
Pero al poeta que tenías dentro
ávidamente me acerqué, con ansia,
para, cuanto pudieras enseñarme,
absorberlo y, así, ponerme al día,
de esas clases en las que estuve ausente,
a través de tus versos magistrales.
Cuando llegue mi hora, como a todos,
resérvame en el Cielo o donde quiera
que impartas tus magnos conocimientos
un lugar en tu aula de poesía
y deja que te lea mis poemas.
Corrígeme el estilo literario.
Regáñame, si lo ves conveniente
y conservas ese carácter duro.
Enséñame lo que no dejó el tiempo
que aprendiera de ti, Maestro eterno.
Enrique González
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Maestro poeta
(Variación sobre un poema que
dediqué a Fernando Calvo García y le entregué en vida)
Quebró el alma del poeta atribulado,
¡la guadaña lo acechó tan mortalmente!
Jamás fue un tonto útil,
aunque se catalogó así en algún verso,
ni ejerció de listillo,
a pesar de que otros a su alrededor
de tal modo lo creyeron.
Fue maestro entre maestros,
docto y culto en su sentido más amplio,
dispuesto a echar un cable a quien lo precisase
aunque luego lo estrangularan con él,
y aun a sabiendas de que así sucedería.
Clamaba ante las viles injusticias
voces sordas para el corrompido mundo,
luchaba porque dejasen de pulular en el vacío
y fueran al fin escuchadas y remediadas.
Natura fue la savia que fluía por sus venas,
y evocaba en sus estrofas parajes de ensueño,
que están tan tristemente cerca de nosotros
que los ignoramos por pasajeros y rutinarios.
Pero jamás lo hizo él,
porque supo que son la esencia vital
de todas las claves de nuestra existencia.
Pernoctaba su mirada en aquello que es recuerdo,
en lo que un día fue y ya no será jamás,
con esa vitalidad propia
de un muchacho septuagenario
que moría de ganas
de no tener que morir.
Mas la inmisericorde parca,
alimaña inconformista,
trabajadora insaciable,
incansable,
con millones de espíritus ajados tras su espalda
desde el albor de la existencia,
arrebató su voz, su último verso.
Deberíamos de dar muerte a la muerte
por legar tal sufrimiento y orfandad.
Sergio P. Delgado
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No hay tiempo,
la luz se aleja
el ocaso se hace noche.
Sigo buscando sueños,
Escondo horas ingratas
Contemplo paisajes nuevos
describo pensamientos.
Patro Salcedo
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A FERNANDO CALVO EN SU ÚLTIMO VIAJE
Has atravesado el umbral del frío,
donde ya no crecen las margaritas.
Un sueño profundo te ha invadido y
ha dejado incompleto tu verso.
En esta orilla se queda tu recuerdo,
la memoria... los versos... tu palabra.
Maribel de Lope
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Me encontré con Fernando después de muchos años. Había sido profesor y
tutor de mi hijo. Ese día me invitó a la tertulia que estaba empezando. También
conocí a Víctor, era un homenaje a Miguel Hernández en el colegio del mismo
nombre de Torrejón de Ardoz.
(Las imágenes son de aquel día: 27 de octubre de 2010)
Gracias por todo, Fernando.
ELEGÍA A FERNANDO CALVO
Llegaba la noche
se oía la esquirla.
Había vida detrás
de la sombra.
Fernando Calvo
En este
mundo infiel pierdes
el combate
fiero contra la muerte.
Empequeñecido
en tu lecho,
evocas los
campos leoneses,
los ríos de
agua cristalina,
“el olear
del trigo”
el vuelo certero
de los pájaros
que llevan
la tristeza de la despedida.
No
observarás con mirada curiosa,
el asfalto
que deja nacer flores
en la árida
cuidad.
Todo es ya
una pincelada de olvido,
tu cuerpo es
hoja caída.
Tus ojos de
tela opaca azul
es el mar de
los olvidados,
donde
naufragan
todos los
desheredados de la tierra.
Tu voz de maestro
poeta se quiebra
en el
amanecer avaricioso.
No hay una
mano sensible
que detenga el adiós.
Ya no serás “un
gorrión con corbata”
ni “un
solitario solidario”.
Serás un poema
alado
en los
confines de la tierra.
Los colores
del alba te llevan
hacia
encuentros desconocidos.
Si hay donde
ir, seguirás clamando,
por todos
los desfavorecidos de la tierra.
Te dejamos en
el hueco
de una losa
perversa,
el cuerpo
que te albergó,
se irá
disolviendo
en un cruel
castigo,
para los que
nunca te olvidamos.
Volarán tus
versos en nuestros labios
para que
seas inmortal.
Carmen Ortigosa Martín
3 de junio de 2019
 |
| Mes de las Letras, parque Europa, 2013 |
Carmen Ortigosa
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APRENDIZ DE POETA
A Fernando Calvo,
poeta, maestro, guía.
Nunca fuiste aprendiz, sino
maestro;
te refugiaste en el verso
huyendo de la tristeza,
y en ese incierto camino de palabras sin
cadenas,
sembraste el poema, que nosotros,
verdaderos aprendices, ¡aún
buscamos!
Carmen García
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Siento
Siento en mi sangre un silencio roto
Una tormenta de tierra seca
El vacío de una noche sin estrellas.
No encuentro la luz de una palabra
Para dejar un verso en su cabecera.
Que tristeza sentí en el corazón
Verte inmóvil sin que tú me vieras
Ni sintieras mi dolor,
Ni supieras de mi pena.
Qué triste la despedida,
de un maestro de poetas.
Francisco Fernández Carvajal
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Hay versos que nunca se acaban,
poemas que se quedan a medias
por alguna estrofa pretenciosa
que no deja pasar la rima
ni enaltecer la prosa.
Hay caminos que no conocemos,
días oscuros y noches claras,
lágrimas de pesar
y sonrisas en los labios reflejadas.
No hay lugar a la pena
cuando el lloro está prohibido
si levantamos la vista
y vemos el verdadero sentido
de las cosas que nos pasan.
Dejas lo que sembraste,
respeto, cariño, amor
y chorros de tinta encantada,
te has marchado de este mundo
sin querer decirnos nada
del final de tu mandato
en las hojas reposadas.
Descansa Fernando,
sé feliz dónde estés
mirando como seguimos
haciendo lo que los poetas de antes
y los de ahora
se han prestado a enseñarnos.
Hasta siempre, Fernando.
Juan Antonio Sánchez Campos
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HOY POR HOY HENARES
(03/06/2019)
La voz en el mensaje
La voz en el mensaje
Francisco José Martínez Morán
(Enlace a la grabación del programa. Comienza en el segundo 33)
Sobre el fallecimiento del poeta Fernando Calvo García
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(Enlace a la grabación del programa. Comienza en el segundo 33)
Sobre el fallecimiento del poeta Fernando Calvo García
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Nuevo amanecer
El poeta se oscurece para iluminar
Engendra llama que nace del frío
Recuerda al humano su falta de humanidad
Mientras el tiempo amenaza con el destino sombrío
Duele la vida cuando mata
Mi palabra es el grito de los silenciados
El silencio de las fronteras escribe en mis manos
El frío, la soledad, la sed de esperanza
"Mama", la tierra me llama
Al otro lado, silencio en silencio
Sólo necesito un verso
Son mis manos frías hoy el fuego de sus alas
Paso de escarcha, Marcha de paso
Dejó de ser ocaso. Acaso no de ser
Pasó a ser huella, Bella en cada caso
Huella de amor. De nuevo amanecer.
Rodrigo Fernández
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